El 4 de marzo de 2015 Monserrate Guillén, alcalde de Orihuela de Los Verdes, volvía al Ayuntamiento. Un infarto casi le cuesta la vida el 12 de julio de 2014, ocho meses antes. Durante este tiempo, la alcaldía la ocupó accidentalmente el socialista Antonio Zapata.
Unas semanas después de reincorporarse, el 28 de abril de 2015, Guillén quiso saber cómo iban las obras del AVE en Orihuela. Seguramente había podido seguir por la prensa las idas y venidas de Zapata en el asunto. Y digo por la prensa porque fue el único medio por el que sabíamos de Zapata en el tema del AVE.
Guillén no encontró en su mesa de Orihuela, ocupada por Zapata durante ocho meses, ni un solo dato, ni un solo documento, que le pudiera aclarar qué había estado negociando el alcalde accidental socialista en su ausencia. Ni él lo podía saber, ni nadie se lo contaba. Ni siquiera la jefa de Zapata, la también socialista Carolina Gracia. Y no porque esta no le fuera a decir nada voluntariamente, sino simple y llanamente por que Gracia tampoco tenía idea alguna de los tejemanejes de Zapata respecto al AVE durante ocho largos meses de visitas a ADIF en Madrid.
¿Qué cómo puedo estar tan seguro de lo que digo? Bien fácil: tengo ahora mismo delante la carta que remitió ADIF a Guillén en la que literalmente, y de manera escueta, se dice: “Estimado Sr. Guillén: Atendiendo a su correo del pasado 28 de abril de 2015 adjunto se le vuelve a hacer entrega de 3 copias firmadas en papel del Convenio AVE Orihuela. Atentamente.”.
La anterior correspondencia es del 30 de abril de 2015 y se la remite Juan Tebar, Subdirector de Construcción V de Adif al alcalde Guillén, acompañándole un convenio firmado, fechado en 25 de noviembre de 2014.
Resulta, pues, evidente, que en noviembre de 2014 Zapata había cerrado un acuerdo o convenio con ADIF, aunque nunca nadie tuvo jamás conocimiento del mismo, como prueba el hecho de que Guillén, tras las conversaciones oportunas, tuviera que pedir a ADIF que se lo “volviera a remitir” el 28 de abril de 2015, tras reincorporarse de su dolencia cardiaca.
Es obvio que Guillén nunca negoció un convenio con ADIF desde su baja por enfermedad que pudiera estar para listo para ser firmado en noviembre de 2014. Como es igualmente obvio que Zapata nunca informó de sus “gestiones” con ADIF a nadie dado que este convenio tuvo que ser pedido por el alcalde Guillén directa y personalmente a ADIF en abril de 2015, para que se lo “volvieran a enviar”.
Que Zapata no dio cuenta a nadie, ni a su grupo socialista, de sus movimientos anteriores en este tema lo acredita el que en la primera reunión en el verano de 2015, tras la constitución de la nueva Corporación municipal oriolana, sobre un tema tan fundamental, lo primero que hiciera Gracia públicamente, algo de lo que pueden dar fe todos los que fuimos citados por Emilio Bascuñana, fuera preguntarle precisamente al nuevo alcalde en qué estado estaba el tema porque ni ella ni su grupo sabían absolutamente nada. Y ella venía de ser concejala de Hacienda del anterior gobierno local, ojo …
El convenio de 25 de noviembre de 2014, “reenviado de nuevo” el 30 de abril de 2015 a Orihuela por ADIF, y del que nadie conocía una línea, decía nada más y nada menos que Orihuela tenía que pagar 2,5 millones de euros por el sobrecoste del reforzamiento de la losa sobre el trazado del AVE para permitir el paso de vehículos por tres pasos: 1) Calle Luis Barcala y Avda. Marqués de Molins, 2) por Avda. de la Estación a Senda Cascante, y 3) por la modificación de la entrada en Orihuela por la CV-95 (redonda elíptica). Igualmente, Orihuela tenía que pagar 2,2 millones de euros por obras a ejecutar “solicitadas” por el Ayuntamiento de Orihuela (aunque, recuerden no es el ayuntamiento, sino su alcalde accidental Zapata, quien gestionaba en este particular), a saber: cuarto paso elevado con rampas desde Correntías sobre la vía semisoterrada hacia Calle Temístocles Almagro, en sustitución de la pasarela para peatones existente. Por último, Orihuela tenía que pagar igualmente otras obras a ejecutar “solicitadas” como la anterior, para cubrir las rampas de las vías en los extremos de los soterramientos y otras medidas “complementarias” para seguridad y detección de caídas en los nuevos finales del cubrimiento, por importe de 1 millón de euros más. Total: obras hechas y por hacer por valor de 5,7 millones de euros largos.
Zapata manifestó a finales de junio de 2015 que “el convenio está firmado por ADIF, y se encuentra en el ayuntamiento para su firma”. Dijo no haberlo firmado él (desde noviembre de 2014, recuerden) “porque cuando llegó el documento el anterior ejecutivo estaba en funciones”. Falso, porque el documento, el reenviado a petición de Guillén, llegó a principios de mayo de 2015, y las elecciones locales fueron el 24 de mayo, casi a final de ese mes. Por tanto, cuando llegó el convenio, había gobierno en ejercicio pleno. Pero es más: esa fue la segunda vez que llegó el convenio a Orihuela, porque entre su firma por ADIF (noviembre de 2014) y la petición de reenvío de Guillén (28 de abril de 2015), al menos una vez el convenio fue remitido por el gestor ferroviario a Orihuela. Y lo fue, lógicamente y como no puede ser de otro modo, a la atención de Zapata, alcalde accidental. Si no es que se lo trajo él de Madrid bajo el brazo …
Zapata siempre mantuvo que el AVE y su losa en Orihuela no costaría nada a los oriolanos (se ve que para Zapata 5,7 millones de euros de sobrecostes por obras hechas y por hacer no son nada cuando su propuesta era darle a ADIF suelo con una edificabilidad mínima de 5.000 metros de techo de uso residencial o, en su caso, terciario, pero no para comprarle nada a ADIF, sino para “compensarle por el sobrecoste de la actuación de cubrimiento” reflejada en el convenio). Orihuela obtenía, según el convenio, un “aprovechamiento urbanístico” aun por definir y valorar (se haría en otro convenio posterior específico), pero nada en propiedad en ese momento. En resumen, se trataba de entregar a ADIF suelo residencial o terciario (5.000 metros de techo) sin recibir Orihuela en propiedad nada a cambio, y debiendo conveniarse posteriormente si hemos pagado bien, cuánto y cómo. Un negocio …
Con el convenio cerrado anunciado hoy, 10 de enero de 2018, Orihuela compra la cara superior de la losa del AVE, puede urbanizarla y seremos propietarios de una zona pública municipal que pagaremos en menos de 1 millón de euros y en 10 años. Además, se nos construirá una nueva pasarela peatonal sobre la vía que sustituya la actual, pagada íntegramente por ADIF, y valorada en más de 1 millón de euros.
Zapata urgió a la firma de “su” convenio al nuevo gobierno de Orihuela en el verano de 2015. Desde entonces ha insistido en lo mal que lo hemos hecho todo en este tema. Lo dejaremos por esta vez, pero cuando me acuerdo de la historia no puedo evitar pensar: menos mal, Señor, que no te llevaste al alcalde Guillén para siempre …