Cuando uno se pregunta qué debe hacer para lograr el éxito en una actividad económica, la clave es ofrecer a tu cliente algo que no ofrezca nadie o que sea de mayor calidad que el producto de otros: exclusividad.

Tiene alguna ciudad a menos de 300 km un patrimonio inmobiliario y artístico como Orihuela? Tiene algún municipio a menos de esa distancia unas playas como las de nuestra costa? Unas Fiestas de Moros y Cristianos y un Día del Pájaro de nuestra trascendencia? Una Semana Santa culturalmente plena de actos, tradiciones e instituciones como sus procesiones, sus tallas, su Caballero Cubierto, su Silencio? Tiene alguien en un entorno cercano una figura literaria como Miguel Hernández, su casa natal o un rincón hernandiano? Puede alguien ofrecer un Mercado Medieval al que sumar leyendas propias como la de La Armengola? Alguien a menos de muchas horas en coche oferta la posibilidad de visitar hasta cinco monumentos nacionales en una sola ciudad? Alguien puede presumir de disponer de mas de 200.000 potenciales visitantes extranjeros que residen la mayor parte del año en el propio municipio o en los colindantes y próximos, que son nuestros primeros agentes comerciales en sus países de origen? Y más …
Si la respuesta es no, es evidente que Orihuela tiene lo que otros anhelan: un producto turístico de calidad y exclusivo.
Añadamos los campos de golf, sí, pero como un complemento de ocio al modelo turístico de cultura e historia que es la base, o debería serlo, de nuestra economia, porque aquella oferta ya existe en los circuitos especializados. Quien viaja y juega al golf ya conoce los campos y clubes oriolanos; lo que no conoce es el resto de cosas y sitios a visitar si prolonga unos días más su estancia entre nosotros, entre hoyo y hoyo.
Somos ricos, inmensamente ricos. Sólo nos falta darnos cuenta y gestionar ese patrimonio y esos clientes que ya tenemos.
Y es un negocio de todos. A qué esperamos?