Mar Ezcurra, concejala de Cultura de Orihuela, ha presentado esta mañana la programación especial para el Teatro Circo Atanasio Díe, subvencionada por la Diputación y enmarcada en las ayudas a la promoción del sector artístico en la provincia y que lleva por nombre “II Festival de artes escénicas”.

La subvención otorgada a Orihuela asciende a 7.683´50€ y cubre el 50% del coste real de la misma.

Esta programación contempla varios espectáculos que podremos disfrutar en el Teatro Circo de Orihuela con entrada libre y gratuita, entre los que destacan Circo, teatro infantil, teatro para adultos y danza.

Así, el viernes 8 de octubre, a las 21 horas, tendrá lugar “Confort”, un espectáculo de circo acrobático en el que un hombre solitario, con la única compañía del televisor y de lo que llega a ver desde su ventana y ante la atenta mirada de dos testigos venidos de otra realidad, transitará por una montaña rusa de emociones, y recordándonos, entre risas y carcajadas, las descabelladas situaciones vividas durante el confinamiento.

El domingo 10 de octubre, a las 18 horas, los más pequeños podrán disfrutar de la obra de teatro infantil “El recolector de momentos felices”.Una obra que pretende que los niños y niñas del universo aprendan a guardar esos momentos de felicidad para el resto de su vida.

El sábado 23 de octubre, a las 20.30 horas, se representará la obra “Federico. Función sin título”. Una representación cuyo protagonista es el poeta Federico García Lorca, quien 82 años después de su asesinato decide hablar: “Ya que no me disteis una tumba, prestadme un escenario para contarlo todo.” Para ello gozará de la ayuda de La Xirgu que, con música en directo, canciones y refexiones, no exentas de humor, nos trasladará al mundo onírico, literario, personal y vital del poeta granadino.

Por último, el sábado 6 de noviembre, a las 20.30 horas, será el turno de la danza con el espectáculo “Clandestino”, un flashback que, desde la contemporaneidad, nos devuelve al nacimiento de una nueva modernidad. Un lugar donde los límites se desdibujan, donde todo aquello que no se dice se expresa con el lenguaje de los cuerpos que, transformado en baile, propicia la seducción a través de unos códigos que subvierten las normas en la quiebra de la moral imperante.