Artículo de opinión de José Aix, portavoz grupo municipal Ciudadanos Orihuela

Orihuela, 20 de noviembre de 2020

El salón de plenos virtual del ayuntamiento de Orihuela se ha convertido hoy en una réplica del escenario de uno de los momentos culminantes de la literatura española: la escena XII de Luces de Bohemia. En este fragmento fatalmente épico, Max Estrella, delirante, moribundo, desgrana ante don Latino la famosa teoría del esperpento, que es algo así como un extraño cóctel de dolor y humor, de irónica tragedia en la que la ternura, lo ridículo, el desprecio, la compasión y el desaliento ofrecen una imagen absolutamente distorsionada de la realidad que quizás es más auténtica que aquello que objetivamente percibimos directamente por nuestros sentidos.

Varias horas después sigo sin entender lo que ha ocurrido, pero intentaré explicar lo vivido hoy en la Comisión para hablar del Presupuesto que bien parece salido de la mente brillante de Valle-Inclán. Tras unas aclaraciones iniciales, pronto hemos entrado a debatir las enmiendas al presupuesto presentadas por los diversos grupos municipales. Como corresponde, hemos comenzado debatiendo las enmiendas a la totalidad -aquellas encaminadas a rechazar completamente el proyecto de presupuestos y que devuelven el procedimiento administrativo a su punto de partida- presentadas, por este orden, por Ciudadanos y Cambiemos. En ambas votaciones Cambiemos (3), VOX (2) y Ciudadanos (5) hemos esgrimido diversos argumentos para mostrar nuestra disconformidad con el documento presentado y la necesidad de descartar la propuesta elevada, mientras PP (9) y PSOE (6) se han unido para rechazar estas enmiendas. Había empezado la tragicomedia: el PSOE, tan crítico siempre con los populares, se había erigido súbitamente en el principal valedor de su presupuesto al tiempo que mostraba su predisposición a echarles una mano. La portavoz socialista y sus cinco compañeros apoyaban con sus votos un presupuesto de “fin de año” al que reconocen todos los defectos, pero que ellos salvaban “in extremis”.

Ya en el debate de las enmiendas parciales -aquellas cuyo fin es corregir aquellos aspectos presupuestarios que no se comparten y que quieres reemplazar por tus aportaciones- los socialistas han seguido mostrando sus “buenas intenciones” al apoyar las alegaciones presentadas por Cambiemos Orihuela, aunque los votos negativos de PP, VOX y Ciudadanos han desechado la propuesta de la formación de izquierdas. Más suerte ha tenido, en cambio, el propio PSOE, pues sus seis propuestas han contado con el apoyo de los ecofeministas, que, sumado a los nueve votos del PP a modo de devolución del favor por haberles salvado los dos primeros ‘match ball’ le han permitido dar un toque “presuntamente socialista” a unos presupuestos marcadamente azules.

Lo mejor estaba por llegar. Faltaba el dictamen final: votar el paquete completo. Finalizadas todas las votaciones, nos encontramos con un proyecto de presupuestos listo para el Pleno con el sello del Partido Popular y mal maquillado por Carolina Gracia y los suyos. Haciendo uso de una incontestable coherencia, el PP ha votado favorablemente su iniciativa mientras que, lógicamente, los que habíamos intentado frenarla –VOX, Cambiemos y Ciudadanos- hemos votado en contra. Pero la esquizofrenia ha aparecido cuando el PSOE, después de deambular cual personaje valleinclanesco entre luces y tinieblas, entre abrazos y bandazos a derecha e izquierda, ha acabado votando en contra de un documento al que minutos antes había dibujado una rosa roja.

Dice Max Estrella que los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el esperpento. Lo mismo que a estos héroes le ocurre al PSOE de Orihuela.