José Aix. Vicealcalde de Orihuela y Portavoz Grupo Municipal Cs 

Me gusta el DOGV de hoy.

Pensaréis que soy un bicho raro, pero me ha hecho mucha ilusión leer el DOGV de hoy. Después de tres meses – en arresto domiciliario, primero; en libertad vigilada, después- leer cómo va a ser la Fase 3 en la Comunidad Valenciana aporta oxígeno. Los bares de siempre volverán a parecer los bares de siempre, las guarderías volverán a ser colonizadas por los niños, habrá más clientes en el interior de las tiendas, acudiremos a dar el último adiós a los que se marchen para siempre y a celebrar el triunfo del amor en una boda. Parques, piscinas, museos, gimnasios y zoológicos volverán a ser puntos de encuentro, de diálogo, de convivencia, lugares en los que la socialización es casi tan importante como jugar, nadar, disfrutar del arte, hacer deporte o ver animales. Sigo sin entender, sin embargo, que no podamos pasar aún a la Región de Murcia, pero podamos irnos a pasar el fin de semana a Peñíscola o Vinaroz; ya sabéis que para los de aquí abajo la movilidad entre comunidades es habitual y necesaria.

Desde que comenzó la Fase 1 de la desescalada, Orihuela ha sido una de las ciudades que con mayor inmediatez comenzó a dar respuestas a muchas de las reivindicaciones que desde diversos ámbitos nos trasladaban, pero, a menudo, las restricciones de las distintas Órdenes Ministeriales, permanentemente redactadas de manera ambigua y hasta contradictoria, dificultaban sobremanera algunos de los planteamientos que queríamos llevar a cabo desde la Administración Local. Especial empeño hemos puesto en la reactivación de la hostelería como sector decisivo para recuperar la sonrisa de nuestras calles y seguros de que siempre es más tentador salir de compras si puedes hacer una parada por la calle para tomar un café o un granizado de limón. Por esta razón, tan preocupados por la sanidad como por la economía local, apostamos por ayudar siendo al mismo tiempo muy estrictos con el cumplimiento de las pautas sanitarias. En este sentido, fueron muchas las reuniones tanto por videoconferencia como a pie de calle con muchos de los hosteleros, así como fue permanente –y lo sigue siendo- la coordinación entre la Concejalía de Urbanismo y Policía Local para ajustar un mensaje unívoco, concreto, que aportara seguridad en la aplicación de una normativa absolutamente confusa.

A principios de mayo, anunciamos nuestra intención de maximizar la ocupación de la vía pública para favorecer la ampliación de terrazas; posteriormente, en el pleno ordinario del pasado día 28, el Pleno Municipal aprobó por unanimidad la suspensión de la tasa alusiva a mesas y sillas, demostrando que somos capaces de superar diferencias en los momentos más delicados. Ahora, con el inminente paso a la Fase 3, el interior de los bares se ocupará hasta el 75% y las nuevas terrazas se llenarán hasta el 100%, con lo que la hostelería oriolana podrá seguir reponiéndose después de tres meses parados. Las soluciones de emergencia para contrarrestar los estragos de una crisis con dos vectores principales, el sanitario y el económico, han permitido descubrir desde que volvimos a la calle una Orihuela con más vida, con más luz, con más alegría, con más gente paseando, una ciudad, sin duda, más atractiva en la que apetece más quedarse, una ciudad que empieza a parecerse a aquellas a las que nos escapamos a pasar un fin de semana para ver peores museos, iglesias con menos historia y bares con peor comida. Sabemos que queda mucho por hacer, aunque trabajamos sin cesar para dar forma a este experimento que surgió por necesidad, pero que ya ha venido para quedarse. O así lo vamos a intentar.

Seguimos lejos de la normalidad, pero cada dos semanas damos nuevos pasos que nos acercan a ese objetivo: solo las tan necesarias como insufribles mascarillas –ya convertidas en un complemento de moda más-, las mamparas, la ausencia de abrazos, besos, ese terrible saludo con el codo que tanto odio o el gesto esquivo cuando te acercas en exceso a alguien sin darte cuenta, pervierten el decorado urbano y nos recuerdan que algo sigue pasando. En este tiempo, he sido moderadamente crítico porque estoy firmemente convencido de que en tiempos de crisis los políticos no debemos ser un problema más y que, por el contrario, debemos mostrar una actitud proactiva, propositiva: es, sin duda, mucho más cómodo recrearse en la crítica, en el rechazo y en el “no por el no” que en ofrecer ideas, alternativas y soluciones. Y en esto último, en pensar, en sugerir, en arriesgar, estamos empeñados desde Ciudadanos Orihuela.